No imaginas cuántas veces en mis sueños te he tenido,
cuántas noches abrazo tu ausencia en mi cama,
cuántos instantes muerdo mis labios sintiendo los tuyos
y cuántas caricias guardo para tu cuerpo desnudo.
Quisiera ser yo el dueño de tus suspiros,
quisiera ser la razón de tus sonrisas,
por quien te levantas cada día
y a quien adoras tú, mi niña.
Pues has de saber que te pienso a cada momento,
que te deseo aunque no te lo digo,
que me abrigo en tu cuerpo cuando estoy dormido,
pues creo que eres un amor prohibido.
-Johe-
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