Murmullas palabras de aliento a mi oído,
y no te oigo,
levantas tus brazos para abrazarme,
y no te veo,
extiendes tus manos para tocarme,
y no te siento.
Quisiera oír tus palabras de aliento,
quisiera ver tus brazos alzados,
quisiera sentir tus manos extendidas.
Pero me estoy volviendo sordo a tus murmullos,
ciego a la mañana
e insensible a tu dolor.
Sin embargo, despertaré de este letargo,
resurgiré de mi silencio,
me ocultaré de tu desprecio
y emprenderé de nuevo el vuelo.
-Johe-
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