Qué podrá ser de mí
cuando en la mañana no abra mis ojos
y no vea venir su lánguida figura
para hacer de mí tan solo un despojo.
Quién podrá advertirme
que se avecina el momento,
que ella me acecha en su manto negro
y que terminará con este tormento.
Cómo habrá de acabar
con todo mi sufrimiento
que me hace sentir su denso aliento
y hasta desear que culmine mi tiempo.
Y al final me pregunto si en verdad será ella;
a la que yo creí haber tenido tan mía,
a la que consideré toda una doncella,
la que me provoque una muerte en vida.
-Johe-