Aún duele tu ausencia inmerecida,
tu ausencia larga, sombría y lánguida,
aquella que me diste y me cobija,
aquella que teniéndola no te tengo.
No entiendo por qué te vas y me dejas,
si amé tu vestido de niña mientras corrías,
amé tu cara cubierta de cabellos que ondulaban,
amé tus saltos de infante que en mi busca venían.
No entiendo cómo puedes irte dejándome hecho un nudo,
dejando tantas risas escondidas allá donde miro,
dejando en mi piel tu aroma siempre fresco,
dejando en mis labios tu esencia caliente.
No entiendo cómo me levanto cada día sin tus curvas a mi lado,
cómo puedo dejarte ir sin seguir tus pasos,
cómo puedo volver a mi vida vacía,
cómo puedo borrar el beso de tu lápida fría.
-Johe-